La fiscal general adjunta de Rhode Island, Devon Hogan Flanagan, enfrenta una investigación después de que un video la captara amenazando a un oficial durante su arresto en Newport el 14 de agosto. Hogan, junto con una amiga, se negó a abandonar un restaurante, lo que llevó a los empleados a llamar a la policía. Según el video, Hogan insistió en que el oficial apagara su cámara corporal, citando un protocolo inexistente. La Fiscalía General del estado aclaró que los agentes no están obligados a desactivar sus cámaras a petición de los ciudadanos, salvo en circunstancias muy específicas, como la protección de la privacidad de víctimas o testigos.
La política de la Policía de Newport también sostiene que solo permite la desactivación de las cámaras cuando existe una expectativa razonable de privacidad. Hogan enfrenta varias acusaciones, incluidas allanamiento intencional, conducta desordenada y resistencia al arresto. Este incidente ha generado un amplio debate sobre el uso de cámaras corporales y las expectativas de privacidad de los ciudadanos, subrayando la importancia de estas herramientas de transparencia en operativos policiales.
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