El Congreso del Estado de Morelos destituyó al fiscal Uriel Carmona Gándara pocas horas después de que este ordenara el desafuero del exgobernador y exfutbolista Cuauhtémoc Blanco. La votación, que terminó con 17 votos a favor y cuatro en contra, marcó el fin del mandato de Carmona como fiscal, tras una serie de controversias y enfrentamientos con diversas figuras políticas. Acusado de obstrucción de la justicia en el caso del feminicidio de Ariadna Fernanda, Carmona pasó un tiempo en prisión preventiva, aunque finalmente fue absuelto de los cargos. Su destitución ha sido calificada por él mismo como una «persecución política» y ha prometido valorar medios de defensa argumentando que el procedimiento para su remoción no cumplió con los requisitos legales.
La situación ha intensificado las tensiones políticas en Morelos, con Carmona perdiendo el fuero que le protegía, lo que podría derivar en su reaprehensión. Mientras sus acciones siempre estuvieron bajo el escrutinio público, uno de sus mayores detractores, la exjefa de Gobierno de Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, le acusó de encubrir el asesinato de Ariadna Fernanda. Las tensiones también tocaron al exgobernador Blanco, que ahora enfrenta denuncias por irregularidades financieras durante su administración. En medio de esta turbulencia, Edgar Maldonado Ceballos ha asumido el cargo de fiscal, marcando un nuevo capítulo para la fiscalía del estado. La gobernadora Margarita González también ha estado activa en denunciar prácticas corruptas del pasado, preparando el terreno para un ajuste de cuentas en la gestión pública de Morelos.
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