En el corazón de Alcalá de Henares, las calles centenarias han comenzado a transformarse, respondiendo al llamado de una ciudad más accesible, sostenible y orientada al peatón. Esta mañana, la teniente de alcalde y concejal de Urbanismo, Cristina Alcañiz, junto con el concejal de Medio Ambiente y de Patrimonio Histórico, Vicente Pérez, visitaron la histórica calle San Julián para presenciar el resultado de las recientes obras de remodelación. Un proyecto ambicioso que representa un cambio notable en el paisaje urbano de la ciudad.
La calle San Julián, conocida por ser un eje vital que conecta el Barrio Venecia con el Centro Histórico, ha sido el centro de atención en esta fase de revitalización urbana. Con la plantación de nuevos árboles y la instalación de bancos, el área ahora invita a los transeúntes a disfrutar de un espacio diseñado para el descanso y la convivencia. Estas mejoras forman parte de un esfuerzo mayor que abarca más de 24,000 metros cuadrados, rediseñando múltiples vías en el sureste del Centro Histórico, como las calles Avellaneda, Empecinado, y Trinidad, entre otras.
La implementación de la Zona de Bajas Emisiones fue el primer paso para potenciar la movilidad activa en Alcalá de Henares. Alcañiz destacó que el proyecto no solo busca fomentar una movilidad más sostenible, sino también asegurar que los espacios cumplan con las normativas de accesibilidad, con una inversión que supera los 6,2 millones de euros. La financiación de estos trabajos proviene en parte de los fondos de la primera convocatoria NextGenerationEU, enfocada en transformar los centros urbanos europeos.
La filosofía detrás de estas iniciativas urbanísticas es clara: devolver el protagonismo al peatón. Vicente Pérez expuso que fomentar las zonas peatonales y mejorar la infraestructura para los ciudadanos implica un cambio de paradigma en la configuración histórica de la ciudad. Con la incorporación de plataformas únicas en calles estratégicas, se crea un entorno más amigable para los vecinos, con nuevos itinerarios que enriquecen la experiencia de quienes transitan por el casco histórico.
La transición hacia un modelo de ciudad más inclusivo y conectado no solo beneficia la movilidad, sino también la relación de la comunidad con el espacio público. Alcañiz adelantó que esta reconfiguración continuará en otras áreas, como Eras de San Isidro y la Avenida de Guadalajara, extendiendo los beneficios de una Alcalá más verde y accesible a cada barrio.
Este proyecto no solo redefine el paisaje urbano, sino que también establece un nuevo estándar para la convivencia y movilidad en Alcalá de Henares. La ciudad, al modernizar su trama histórica, busca preservar su esencia mientras mira hacia un futuro más inclusivo y sostenible.