El próximo 31 de diciembre de 2024 finalizará la moratoria contable aprobada en 2020 para evitar que las empresas con pérdidas durante la pandemia entraran en causa de disolución. A partir del 1 de enero de 2025, las compañías de Madrid y del resto de España deberán sumar las pérdidas acumuladas en 2020 y 2021 a las de los ejercicios más recientes (2022, 2023 y 2024). Esto podría situar a muchas empresas en un escenario financiero crítico si no han logrado restablecer su equilibrio patrimonial.
Un alivio que llega a su fin
Durante los años de la pandemia, el Gobierno aprobó una moratoria contable que permitió “congelar” las pérdidas de 2020 y 2021 para que no afectaran al cálculo del patrimonio neto de las empresas. Esta medida excepcional ayudó a evitar la disolución de muchas sociedades viables en Madrid, uno de los motores económicos del país, y en toda España. Sin embargo, con el cierre del ejercicio 2024, esta protección desaparece.
A partir de enero de 2025, será obligatorio incluir las pérdidas de aquellos años en el cálculo del patrimonio neto, lo que podría provocar que muchas empresas entren en causa de disolución.
La Ley de Sociedades de Capital: qué dice la normativa
La Ley de Sociedades de Capital (LSC) establece que una sociedad deberá disolverse si las pérdidas acumuladas reducen el patrimonio neto por debajo de la mitad del capital social (artículo 363.1). Ante esta situación, los administradores tienen la obligación de actuar en un plazo máximo de dos meses para:
- Convocar una junta general de socios y decidir si se aumenta o reduce el capital, o bien se acuerda la disolución.
- Proponer soluciones alternativas como la búsqueda de financiación o reestructuraciones financieras.
Si los administradores no toman medidas a tiempo, podrían incurrir en responsabilidad solidaria y responder con su patrimonio personal por las deudas que se generen a partir del momento en que se detecte la causa de disolución (artículo 367 LSC).
El impacto en las empresas madrileñas
Madrid, como epicentro económico del país, será una de las regiones más afectadas por el fin de la moratoria. Las pequeñas y medianas empresas (pymes), que representan la mayor parte del tejido empresarial madrileño, son las que podrían verse en mayor riesgo si no actúan con rapidez. Sectores como la hostelería, el comercio y los servicios, especialmente golpeados durante la pandemia, podrían enfrentarse a dificultades para equilibrar sus cuentas.
Las pérdidas acumuladas en los años 2020 y 2021 se sumarán a las de los últimos ejercicios, y aquellas empresas que aún no se han recuperado por completo deberán tomar decisiones urgentes para evitar situaciones irreversibles.
Medidas urgentes: qué deben hacer las empresas
Con el fin de la moratoria a la vuelta de la esquina, es fundamental que las empresas madrileñas tomen medidas antes del cierre de 2024:
- Revisar las cuentas anuales: Es imprescindible evaluar la situación patrimonial para determinar si existe causa de disolución.
- Buscar soluciones financieras: Aumentar el capital, buscar inversores o solicitar financiación externa.
- Convocar la junta de socios: Los administradores deben actuar con diligencia y proponer medidas para corregir el desequilibrio patrimonial.
Consecuencias de la inacción
No actuar a tiempo puede tener graves consecuencias legales y económicas para los administradores de las empresas. Si no convocan la junta general en el plazo establecido o no toman medidas efectivas, la ley les considerará responsables solidarios, lo que significa que tendrán que responder con su patrimonio personal frente a las deudas acumuladas de la sociedad.
Un desafío para el tejido empresarial de Madrid
El fin de la moratoria contable obliga a las empresas de la región a enfrentar una situación que, hasta ahora, se había mantenido en suspenso. Detectar a tiempo la causa de disolución y actuar con decisión será clave para evitar el cierre de compañías viables y proteger el patrimonio de los administradores.
El 1 de enero de 2025 marca el inicio de una nueva etapa para el tejido empresarial madrileño. Las empresas deben prepararse, revisar sus cuentas y adoptar soluciones con la mayor rapidez posible para garantizar su continuidad y protegerse frente a riesgos legales y financieros.
vía: Noticias financieras