Un incidente de filtración de secretos militares ha sacudido al Ejército libanés, con implicaciones graves para la seguridad en la región. Según informa el periódico británico The Times, el jefe de Inteligencia militar para el sur del Líbano, Suhil Bahij Gharb, compartió información clasificada con el grupo terrorista Hezbolá durante un alto el fuego temporal con Israel. La fuga de información, ocurrida durante una reunión internacional encabezada por Estados Unidos, Francia y la ONU, permitió a Hezbolá recibir avisos anticipados sobre las incursiones israelíes en el Líbano, lo que facilitó la reubicación de personal y armamento del grupo terrorista. Además, se reporta que Gharb no fue el único involucrado en estas filtraciones, ya que varios oficiales militares también habrían participado, presuntamente bajo la presión del alto comandante de Hezbolá, Wafiq Safa.
El contexto diplomático ya era tenso antes de la revelación de estas filtraciones. En noviembre, Hezbolá e Israel acordaron un alto el fuego que expiró recientemente, sin que se concretara la retirada de tropas israelíes del sur del Líbano. A pesar de las negociaciones para extender el acuerdo, el gobierno israelí de Benjamin Netanyahu ha reafirmado su decisión de mantener a sus tropas en la región, respaldado por esfuerzos diplomáticos conjuntos con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. La situación se agravó con informes de que, justo al finalizar el alto el fuego, 22 libaneses murieron a manos de soldados israelíes mientras intentaban regresar a sus hogares. Estos sucesos elevan las tensiones y complican aún más el escenario político y militar en una región históricamente volátil.
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