Las autoridades han informado sobre inundaciones «sin precedentes» que han devastado varias zonas de las regiones centrales, afectando gravemente la provincia de Cebú. El fenómeno climático ha dejado un saldo significativo de daños materiales, destruyendo infraestructura y viviendas en múltiples comunidades. Los servicios de emergencia trabajan a marchas forzadas para rescatar a las víctimas atrapadas y brindar asistencia a los damnificados, mientras que se establecen albergues provisionales para los desplazados.
Las lluvias torrenciales han superado todos los registros históricos de precipitaciones, causando desbordamientos de ríos y deslizamientos de tierra. La situación ha llevado al gobierno local a declarar un estado de emergencia, permitiendo la movilización de recursos adicionales y el despliegue de las fuerzas armadas para apoyar en las tareas de rescate. Equipos de socorro continúan evaluando el alcance total del desastre, con un enfoque en la restauración de servicios básicos y el restablecimiento de la comunicación en las áreas más afectadas.
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