En los últimos meses, una moneda de 1 euro acuñada en 1999 en Francia se ha convertido en el objetivo de los coleccionistas, alcanzando precios de hasta 3,000 euros en plataformas de venta de segunda mano. Esta apreciación se debe a su condición de ser una de las primeras monedas del euro en circular en Europa. En aquel entonces, 301,050,000 de estas monedas fueron puestas en circulación mientras el continente europeo hacía la transición a la moneda única. La moneda en cuestión no solo es valiosa por su antigüedad, sino también por su simbolismo, que refleja un período de cambio económico y político en Europa.
La moneda destaca tanto por su diseño como por el significado histórico de sus elementos. En el anverso, ostenta el número «1» junto al mapa de la Unión Europea, característica común de las monedas emitidas tras la adopción del euro. El reverso, concebido por Joaquín Jiménez, presenta el lema nacional francés «Liberté, Egalité, Fraternité» rodeando un árbol de la vida, símbolo del crecimiento del país, junto con las iniciales «R» y «F», en honor a la República Francesa. Fabricada en cupro-níquel, con un diámetro de 23,25 mm y un peso de 7,51 gramos, esta moneda cotiza actualmente a valores destacados, reflejando tanto un interés numismático creciente como su relevancia en la historia monetaria europea.
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