La Comunidad ha impuesto una sanción económica de 96.000 euros a la organización de un evento por prohibir el pago en efectivo, lo cual constituye una violación de la normativa de consumo vigente. Las autoridades argumentan que esta práctica vulnera los derechos de los consumidores al restringir métodos de pago legalmente aceptados, lo que llevó a la severa penalización económica. La medida busca garantizar que las transacciones comerciales sean accesibles y justas para todos los ciudadanos, independientemente de sus preferencias o capacidades en el uso de medios electrónicos.
Este incidente subraya la constante vigilancia de las instituciones sobre el cumplimiento de las normativas que protegen a los consumidores. La sanción sirve como recordatorio para los organizadores de eventos y los negocios en general de que deben adherirse a las regulaciones para evitar penalizaciones costosas. La Comunidad insta a otras organizaciones a revisar sus políticas de pago para asegurar que cumplan con la ley, y aboga por una transparencia y equidad en las prácticas comerciales para mantener la confianza del consumidor.
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