En Atocha, la jornada del lunes ha comenzado con un caos ferroviario significativo debido al robo de cable en varios puntos de la provincia de Toledo, afectando a cientos de pasajeros con destinos al sur de España, como Sevilla. Este incidente se produce justo antes del inicio de la Feria de Abril, lo que ha incrementado la frustración entre los viajeros, incluidos periodistas que tenían previsto asistir a la inauguración de un nuevo centro logístico de una cadena de supermercados en Dos Hermanas. Desde las primeras horas del día, la estación estaba repleta de viajeros perplejos y molestos, mientras las pantallas anunciaban demoras indefinidas y las colas ante los controles de equipaje se alargaban. Aunque las operaciones hacia Levante y el norte mantenían cierto flujo, quienes se dirigían al sur quedaron atrapados en la incertidumbre.
La respuesta de las operadoras de trenes ha sido diversa. Ouigo decidió no embarcar a los pasajeros hasta asegurar la viabilidad de sus trenes, mientras que Renfe, aunque permitió el embarque con retraso, finalmente dejó a muchos pasajeros varados tras largas esperas sin salida. El descontento era palpable entre los afectados, quienes buscaban información de empleados y enfrentaban cancelaciones inesperadas. Entre el desorden, una fuerte presencia policial gestionaba el acceso en la estación, exacerbando las tensiones. No obstante, en medio del desasosiego, grupos de niños manejaban la situación con paciencia, y algunas chicas ensayaban sevillanas, intentando mantener el ánimo con miras a la Feria de Abril.
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