En la tercera corrida de abono de la Feria de Julio en Valencia, los toros de las ganaderías El Pilar y Victoriano del Río se destacaron negativamente por su escaso trapío y falta de casta. La faena de Manzanares, que obtuvo una oreja, fue criticada por su inseguridad y malas ejecuciones. Castella mostró ánimo, pero la falta de transmisión de sus toros empañó su desempeño. Talavante lidió con toros que se rehusaban a embestir, culminando con un animal que tuvo que ser apuntillado en el ruedo. La corrida se caracterizó por un ambiente desangelado y la presencia de público no habitual, evidenciando una puñalada a la tradición taurina que se dice querer recuperar.
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