Hace un año, Pedro Sánchez llevó al Consejo de Ministros español la propuesta de reconocimiento del Estado palestino, un movimiento que provocó tensiones con el gobierno de Benjamín Netanyahu y marcó una postura solitaria dentro de la Unión Europea. En aquellos momentos, solo unos pocos países como Irlanda, Luxemburgo, Eslovenia y Bélgica se alineaban con España en su enfoque crítico hacia Israel, especialmente en relación con la situación en Gaza y la revisión del acuerdo de asociación comercial de la UE con Israel. Sin embargo, la dinámica ha comenzado a cambiar, con hasta 17 países de la UE, incluido el influyente Francia, votando a favor de esta revisión, marcando un giro significativo en el consenso europeo.
A medida que gana apoyos, Sánchez continúa avanzando hacia una postura aún más firme y exigente con respecto al Gobierno israelí. Este movimiento refleja un creciente consenso dentro de la UE hacia una política más crítica a Israel, especialmente en lo referente al conflicto en Gaza. La evolución en el posicionamiento de los estados europeos subraya un cambio en la percepción y las prioridades diplomáticas frente al tratamiento del conflicto palestino-israelí, con España posicionándose a la vanguardia de este enfoque más duro y enérgico.
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