La cancelación de la etapa final de La Vuelta en Madrid, motivada por manifestaciones propalestinas, ha generado una tormenta política en España. Alberto Núñez Feijóo, líder del Partido Popular, aprovechó un desayuno informativo con el alcalde José Luis Martínez-Almeida para responsabilizar al presidente Pedro Sánchez de la violencia sucedida. Feijóo acusó a Sánchez de incitar las protestas violentas con sus declaraciones previas en Málaga, argumentando que la libertad de manifestación no puede confundirse con actos que pongan en riesgo vidas. Durante los disturbios del domingo, aproximadamente 100,000 manifestantes se concentraron en la capital, resultando en dos detenidos y varios policías heridos.
El alcalde Martínez-Almeida apoyó las críticas de Feijóo, cuestionando tanto el número de manifestantes reportado por la Delegación del Gobierno como la eficacia del operativo de seguridad del Ministerio del Interior. Almeida declaró que la violencia no fue una manifestación pacífica, sino un uso del sufrimiento gazatí como excusa política. Además, cuestionó el uso del término genocidio respecto a Israel, sugiriendo que las acciones de Hamás complican el discurso internacional sobre el conflicto. Ambos líderes del PP continúan instando a la dimisión de Sánchez, acusándolo de dividir al país y fomentar la violencia política.
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