En una intensa campaña interna, Alberto Núñez Feijóo, líder del Partido Popular, culminó su gira en Málaga, un bastión estratégico donde el partido gobierna con mayoría absoluta. La visita, pensada como una celebración de fuerza política, se vio sacudida por un informe de la UCO que involucra al exsecretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, en una trama de corrupción. Este escándalo ha proporcionado a Feijóo argumentos contundentes para exigir al presidente Pedro Sánchez una explicación en el Congreso, instando a una sesión monográfica sobre el asunto. Con la cumbre en Nueva York sobre la paz en Oriente Próximo pospuesta, Feijóo ha urgido al presidente a comparecer para rendir cuentas, planificando el registro de una petición formal si Sánchez no actúa voluntariamente.
En este contexto tenso, Feijóo ha avivado el fuego de la oposición, recordando escándalos de corrupción pasados como el caso de los ERE en Andalucía. Este último acto en Málaga, acompañado por figuras destacadas del PP y una amplia movilización de simpatizantes, ha pulsado el mensaje de que el PSOE está atrapado en una encrucijada crítica. La presión dentro del PP para una moción de censura es palpable, aunque el liderazgo de Feijóo es cauteloso respecto a esta jugada, prefiriendo centrar la presión en los apoyos parlamentarios de Sánchez. Paralelamente, las tensiones internas sobre el modelo de primarias del partido siguen vigentes, en medio de un clima político nacionalmente perturbador.
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