Dos días después del estallido del «caso Montoro», una supuesta trama en la que empresas gasistas pagaban al despacho de abogados del exministro de Hacienda, el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha tomado distancia de la situación. A través de sus redes sociales, Feijóo ha destacado su contundencia contra la corrupción, declarando que todo lo que deba ser investigado, así debe serlo. Esta respuesta se da en medio de críticas del Gobierno y el PSOE por su anterior silencio. Los populares, que inicialmente relativizaron el caso, han modificado su estrategia y ahora esperan que la causa «quede en nada», reflejando una nueva narrativa en sectores del partido que buscan marcar una clara desvinculación del asunto.
A pesar de los esfuerzos de Feijóo para distanciarse del escándalo, el caso irrumpe justo cuando el PP lanza una ofensiva contra el PSOE por el «caso Cerdán». Dirigentes populares como Juan Bravo y Alma Ezcurra han mostrado diferentes posturas, con Ezcurra lamentando las circunstancias e instando a permitir que la justicia actúe. El distanciamiento del PP de Montoro, quien ha dejado el partido, coincide con críticas desde círculos conservadores, recordando conflictos previos con el exministro. En medio de esta tormenta, la dirección del PP cree que judicialmente el caso no prosperará debido a la complejidad de probar la corrupción y la falta de regulación de los lobbies. Sin embargo, el miedo persiste en que el ruido de corrupción pueda beneficiar alternativamente a la extrema derecha.
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