La decisión de Isabel Díaz Ayuso de no asistir a una reunión convocada por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha marcado una notable divergencia dentro del Partido Popular (PP). Esta es la primera vez que la presidenta de la Comunidad de Madrid contradice abiertamente a Alberto Núñez Feijóo, líder del partido, quien previamente había subrayado la importancia de que todos los líderes autonómicos del PP atiendan la convocatoria del Ejecutivo. Según fuentes del equipo de Feijóo, aunque comprende los motivos personales de Ayuso, considera que es un error no participar en el encuentro. Esta postura equilibrista busca no agravar el choque interno, al tiempo que el portavoz del partido, Borja Sémper, ha expresado su desacuerdo personal con la decisión de Ayuso pero ha defendido su derecho a actuar según su juicio.
El trasfondo de la controversia está marcado por acusaciones graves e intercambios retóricos hostiles entre Ayuso y Sánchez, quien recientemente calificó a Alberto González Amador, pareja de Ayuso, de «delincuente confeso». A pesar de la tensión, otros líderes del PP como el presidente de Galicia, Alfonso Rueda, y el andaluz Juan Manuel Moreno Bonilla, han resaltado la importancia de la institucionalidad, acudiendo a reuniones con el presidente del Gobierno y describiéndolas como oportunidades valiosas de diálogo. Ayuso justifica su inasistencia señalando desacuerdos con la política fiscal del Gobierno actual y la considera contraria a los intereses de unidad y solidaridad en España. Esta situación refleja una profundidad de desacuerdos no solo entre Ayuso y Sánchez, sino también dentro de las filas del PP, a la hora de manejar sus relaciones con el Ejecutivo nacional.
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