En un reciente discurso, el presidente del Partido Popular (PP) manifestó su convicción de que el actual jefe del Ejecutivo enfrentará su destitución en cuanto lo decidan sus socios políticos. En un análisis crítico del escenario político, el líder del PP insinuó un futuro incierto para el Ejecutivo debido a las tensiones internas y las posibles decisiones de sus aliados. El dirigente subrayó la fragilidad del gobierno actual, sugiriendo que su continuidad depende estrechamente de las lealtades dentro de su coalición.
Además, el presidente del PP pronosticó que el «cupo separatista» no recibirá el respaldo necesario para su aprobación. En un comentario mordaz, afirmó que si la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, promoviera esta medida, no podría regresar a Sevilla, en referencia a la posible desaprobación que enfrentaría en su ciudad natal. Estas declaraciones reflejan un clima de creciente tensión política, donde las divisiones sobre cuestiones autonómicas y los acuerdos entre partidos se convierten en temas centrales en el debate nacional.
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