El clima político en España se torna incierto tras la dimisión del secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, quien renunció a su cargo y su acta de diputado luego de que un informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil revelara su implicación en supuestas irregularidades relacionadas con contratos públicos. Este escándalo ha llevado a una creciente presión sobre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, por parte del Partido Popular, que exige explicaciones y pide dimisiones, a la vez que insiste en la necesidad de celebrar elecciones anticipadas.
En medio de esta crisis, Sánchez compareció ante los medios para pedir perdón a la ciudadanía y descartar la posibilidad de convocar elecciones anticipadas. Sin embargo, la dinámica política podría cambiar drásticamente si el presidente decide renunciar, lo que desencadenaría un período de incertezas legislativas y la necesidad de una nueva investidura. En este escenario, si nadie lograra obtener la confianza del Congreso en un plazo de dos meses, se disolverían automáticamente las Cortes, lo que obligaría a unas nuevas elecciones en un plazo que podría llevar a los ciudadanos a las urnas a finales de agosto. Además, la opción de disolver el Congreso de forma voluntaria está sobre la mesa, siempre que se cumplan ciertas condiciones legales.
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