El FBI y la Inteligencia de Estados Unidos han acusado a Irán de hackear las campañas presidenciales de Donald Trump y Kamala Harris, en un intento de Teherán por influir en las elecciones. Las autoridades estadounidenses han reportado una escalada en las actividades cibernéticas y de influencia por parte de Irán durante este ciclo electoral, precisamente en un momento de alta tensión entre Washington y Teherán. La situación se agrava debido a la promesa de represalias de Irán contra Israel, tras una operación contra un terrorista de Hamás, y un complot previo para asesinar a Trump. En respuesta, Trump continúa su campaña en estados claves como Pensilvania, buscando asegurarse los votos electorales necesarios para regresar a la Casa Blanca.
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