En un evento celebrado ayer en Madrid, Ane Otaegui, una destacada farmacéutica donostiarra, recogió el galardón por el proyecto «La farmacia como agente comunitario: redes locales de salud de Gipuzkoa», que resultó ganador en la categoría social de los premios «Innovación Social: Farmacéuticos y ODS» del Consejo General de Colegios de Farmacéuticos. Este reconocimiento pone de relieve la contribución transformadora de la farmacia en ámbitos sociales y medioambientales, alineándose con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU.
Otaegui, que también es integrante de la Junta de Gobierno del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Gipuzkoa (COFG), enfatizó en su discurso la necesidad de cambiar el modelo de farmacia: “Necesitamos que cuenten más con nosotros, que nos valoren más y ofrecer más servicios de la mano de la administración”. Actualmente, 38 farmacias en ocho municipios del territorio —representando el 13% del total en Gipuzkoa— participan en las redes locales de salud, brindando cobertura a aproximadamente 330,000 personas.
El premio fue entregado por César Hernández, director general de Cartera Común del Servicio Nacional de Salud y Farmacia, y durante su intervención, Otaegui subrayó la importancia de la integración de las farmacias en las redes comunitarias de salud. Desde su experiencia en la red local de salud Erlauntza, en el barrio de Gros en San Sebastián, resaltó cómo esta participación cambia la forma de atender a los pacientes, ofreciendo una visión más integral y aprovechando todos los recursos disponibles en el barrio. “Siento que me escuchan, me valoran y cuentan conmigo en mi barrio gracias a mi participación en esta red”, afirmó.
El proyecto del COFG busca centralizar y coordinar la labor social de las farmacias y su participación en estas redes, generando buenas prácticas, impulsando protocolos y fomentando las relaciones institucionales entre los diversos agentes locales. “Estas redes son esenciales para crear espacios de confianza entre los diferentes agentes locales de acción comunitaria, incluyendo sectores como la sanidad, la educación, la cultura, el deporte y los servicios sociales”, señalaron desde el COFG.
Entre las iniciativas puestas en marcha destacan el desarrollo de protocolos de actuación para patologías junto con centros de salud, la impartición de sesiones sanitarias para la ciudadanía, actividades formativas en centros escolares y la creación de campañas sanitarias. Estas acciones no solo promueven la prevención de enfermedades y el acceso equitativo a servicios de salud, sino que también mejoran la calidad de vida de la comunidad.
El COFG continúa avanzando en el rol social de la farmacia, aprovechando su distribución geográfica y cercanía a la población. Entre sus logros sobresalen la iniciativa Farmazia Lagunkoia, la colaboración con la Fundación Hurkoa en la Atención Farmacéutica Domiciliaria y la participación en el proyecto Erlauntza, entre muchos otros.
En resumen, el proyecto premiado subraya el papel crucial de la farmacia como un agente comunitario en la mejora de la salud y el bienestar de la ciudadanía, un reconocimiento que, según palabras de Otaegui, reivindica la necesidad de que se valore y aproveche más la labor de los farmacéuticos en la sociedad.