La presión aumenta sobre el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, para acordar una tregua que facilite la liberación de rehenes en poder de Hamás. El sábado, unas 60,000 personas protestaron en Tel Aviv frente a la falta de progresos en las negociaciones, impulsadas por recientes vídeos que muestran a rehenes en lamentables condiciones, lo que ha exacerbado el clamor público. Netanyahu sostiene que Israel permite la entrada de ayuda humanitaria y acusa a Hamás de privar deliberadamente de alimento a los cautivos. Sin embargo, la situación ha generado tensiones políticas internas, reflejadas en las declaraciones del ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, quien ha pedido la ocupación total de Gaza como solución.
La comunidad internacional también reacciona ante los hechos. La alta representante de la UE para la Política Exterior, Kaja Kallas, ha condenado los actos de Hamás, calificándolos de barbarie, y ha exigido la liberación inmediata e incondicional de los rehenes. Asimismo, en el plano diplomático, el enviado especial de la Casa Blanca, Steve Witkoff, ha visitado Israel para reunirse con las familias de los cautivos, aunque sin aportar avances significativos. Mientras tanto, la publicación de vídeos por parte de milicias palestinas sigue siendo utilizada como táctica de presión en un contexto de bloqueo negociador que prolonga la crisis en la región.
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