El Servicio Extremeño de Salud (SES) enfrenta una seria acusación por parte de unos padres que perdieron a su bebé prematuro de tres meses en marzo de 2024. Los progenitores argumentan que la muerte de su hijo se debió a una demora excesiva en la respuesta de emergencia, ya que la máquina de oxígeno del bebé falló, y el traslado del menor desde Almendralejo a un hospital adecuado en Badajoz tomó más de tres horas. El incidente comenzó cuando la abuela del bebé alertó al 112, pero el retraso en la llegada de una ambulancia y la falta de una UCI pediátrica cercana complicaron la situación. Finalmente, se intentó activar un helicóptero, pero las condiciones climáticas y otras demoras impidieron que el niño recibiera atención a tiempo, falleciendo antes de ser trasladado.
El abogado de la familia, Carlos Sardinero, culpó a una serie de fallos organizativos y la falta de medios adecuados en la región como responsables de esta tragedia. La familia ha interpuesto una reclamación por responsabilidad patrimonial contra el SES. Sardinero menciona que este caso es solo uno más en una serie de incidentes que reflejan problemas sistémicos en la atención médica en Extremadura, citando anteriores casos de mala atención médica que resultaron en sentencias contra la administración. Aunque han considerado la opción de emprender acciones legales penales, el enfoque principal de los padres es lograr que el Servicio Extremeño de Salud tome medidas para prevenir que situaciones similares se repitan en el futuro. El SES ha indicado que el caso está en proceso de revisión, continuando con los trámites habituales de responsabilidad patrimonial.
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