Este sábado, el Zoo de Barcelona ha cerrado sus puertas al público debido al fallecimiento de Yoyo, una de las tres elefantas que habitaban sus instalaciones. La elefanta, que había llegado al parque en 2009 desde el Rioleón Safari en Tarragona para acompañar a Susi, murió a los 53 años tras un intento fallido de estabilización por parte de los veterinarios y cuidadores del zoológico. El Ayuntamiento de Barcelona ha lamentado la pérdida de este animal, que era una figura central dentro del grupo de paquidermos. Una autopsia determinará las causas específicas de su deceso, aunque su avanzada edad ya era un factor importante.
La llegada de Yoyo al zoo fue parte de un esfuerzo por mejorar el bienestar de Susi, quien, después de perder a otra compañera, había quedado sola. En 2012, Bully se unió al grupo desde el Bioparc de Valencia, completando así el trío conocido por su longevidad en el parque barcelonés. Sin embargo, el zoo ha sido escenario de polémicas, enfrentándose a demandas de cierre de activistas animalistas y propuestas de reconversión en un centro de investigación. El debate sobre el destino del Zoo de Barcelona continúa, mientras ahora solo Susi y Bully permanecen como las últimas elefantas en un parque cuya población animal está eminentemente envejecida. La pérdida de Yoyo añade un nuevo capítulo a la historia de estas elefantas y subraya las dificultades de mantener a animales de tal longevidad en instalaciones urbanas.
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