El reconocido actor Val Kilmer ha fallecido este lunes a los 65 años en Los Ángeles, dejando tras de sí una notable carrera en Hollywood marcada tanto por éxitos de crítica como de taquilla. A pesar de haber enfrentado un largo y público combate contra el cáncer de garganta, la causa de su muerte fue una neumonía, como confirmó su hija al diario The New York Times. Kilmer, quien se retiró parcialmente de la actuación debido a su enfermedad, logró realizar una conmovedora y sólida actuación en su regreso a la gran pantalla con Top Gun: Maverick, en la que volvió a dar vida al icónico personaje del piloto Iceman Kazansky. Este papel, llevado a cabo en condiciones de salud adversas, destacó por la presencia escénica y emotiva de Kilmer, quien previamente había capturado la imaginación del público como Batman y otros memorables personajes en los años ochenta y noventa.
A lo largo de su carrera, Kilmer supo encarnar a una diversa gama de personajes, desde el carismático y enigmático Jim Morrison en The Doors de Oliver Stone hasta el maestro del disfraz Simon Templar en El Santo. A pesar de sus altibajos en las críticas, siempre logró dejar una marca personal en sus interpretaciones. Su papel en Batman Forever, aunque no acogido con unánime entusiasmo, formó parte de las diversas aproximaciones al famoso héroe de Gotham. Kilmer será recordado como un actor capaz de reinventarse y dejar una profunda huella en la industria cinematográfica, destacando no solo por sus célebres interpretaciones sino también por su indomable espíritu frente a la adversidad. La noticia de su muerte deja en luto al mundo del cine, que espera más detalles sobre su legado en esta vida y en la pantalla.
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