En un preocupante contexto de represión política en Venezuela, se ha reportado el fallecimiento del cuarto preso político en las cárceles del régimen chavista desde el controvertido proceso electoral del año pasado, marcado por denuncias de fraude masivo. Las condiciones dentro de estos centros penitenciarios, conocidas por ser inhumanas y por la falta de atención médica, han sido objeto de críticas tanto a nivel nacional como internacional. Organizaciones de derechos humanos y líderes opositores han subrayado que la muerte de estos detenidos es consecuencia directa de la brutal represión ejercida por el gobierno tras las elecciones, que consolidaron al chavismo en el poder a pesar de las acusaciones de ilegitimidad.
El aumento de la persecución a disidentes políticos ha generado una creciente preocupación entre la comunidad internacional, que ha instado a una intervención más decisiva para proteger los derechos humanos en el país sudamericano. Las muertes recientes en custodia han reavivado el debate sobre las condiciones terribles en las cárceles del régimen y la urgente necesidad de reformas. Mientras el gobierno de Nicolás Maduro sigue enfrentando críticas por su manejo despótico del poder, los familiares de los presos y defensores de derechos humanos claman por justicia y una investigación independiente que arroje luz sobre estas tragedias, mientras el país sigue sumido en una crisis humanitaria y política que parece no tener fin.
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