El reconocido científico y galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica en 1994, ha fallecido a los 78 años, dejando un legado significativo en el campo de la ciencia. Su labor investigativa se destacó por su dedicación y contribuciones innovadoras que han tenido un impacto duradero en la comunidad científica internacional. Durante su carrera, el científico no solo fue reconocido por sus logros técnicos, sino también por su capacidad para inspirar a nuevas generaciones de investigadores, promoviendo siempre la curiosidad y el rigor en la metodología científica.
La noticia de su fallecimiento ha generado numerosas reacciones en el ámbito académico, donde colegas y discípulos recuerdan su pasión por la ciencia y su compromiso con la excelencia. Sus contribuciones a la investigación no solo han avanzado el conocimiento en su área de especialización, sino que también han sentado las bases para futuros descubrimientos. A lo largo de su carrera, su trabajo fue objeto de numerosos reconocimientos, reflejando su influencia y prestigio en la comunidad científica global. Con su partida, el mundo de la ciencia pierde a una de sus mentes más brillantes, aunque su legado seguirá vigente a través de aquellos que continúan construyendo sobre sus descubrimientos.
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