El astronauta James A. Lovell, conocido por comandar la misión Apolo 13 que superó una explosión en su trayecto hacia la Luna en 1970, falleció a los 97 años en Illinois, informó la NASA. Lovell, ex piloto de pruebas de la Marina, acumuló más horas de vuelo espacial que cualquier otro astronauta de los programas Mercury, Gemini y Apolo. Su figura se forjó durante la intensa carrera espacial entre Estados Unidos y la URSS, convirtiéndose en un símbolo del ideal estadounidense. Aunque nunca pisó la Luna, su participación en cuatro misiones espaciales, particularmente en la fallida pero histórica Apolo 13, marcó un hito en la historia de la exploración espacial.
La misión Apolo 13, famosa por tener que abortar su alunizaje tras una explosión, quedó grabada en la memoria popular, especialmente gracias al libro de Lovell y a su adaptación cinematográfica, donde Tom Hanks interpretó al comandante. Aunque se le atribuye erróneamente la frase «Houston, tenemos un problema», su verdadero liderazgo durante la crisis fue fundamental para el regreso seguro de la tripulación. La NASA destacó su valentía y carácter, elementos que inspiraron futuros logros espaciales, mientras personalidades como Hanks lo recordaron con emotivos homenajes. Con su muerte, el legado de Lovell continúa inspirando a generaciones de exploradores y soñadores.
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