Reconocida por su notable contribución en diversos campos, fue en 2019 cuando alcanzó uno de sus hitos más significativos al recibir el prestigioso premio Alan Turing. Este galardón, considerado uno de los más importantes en el ámbito de la informática, le fue otorgado no solo por sus avances técnicos, sino también por su comprometida defensa de los derechos LGTBI, una causa que abrazó con pasión y determinación a lo largo de su carrera. Su trabajo rompió barreras tradicionales, fusionando su éxito profesional con su activismo social, lo que la convirtió en una figura influyente tanto en el mundo de la tecnología como en el de los derechos humanos.
A lo largo de los años, su compromiso fue más allá de su labor técnica, impactando en políticas y generando conciencia sobre la inclusión y diversidad en espacios que históricamente habían sido excluyentes. Desempeñó un papel crucial en el avance de un discurso más inclusivo dentro de la comunidad tecnológica, abogando por el reconocimiento y la igualdad de oportunidades para todos, independientemente de su orientación sexual. Su legado no solo se refleja en innovaciones tecnológicas, sino también en su indomable lucha por un ambiente más equitativo y representativo, inspirando a futuras generaciones a continuar abogando por la diversidad y la inclusión.
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