Javier Bátiz, legendario guitarrista mexicano considerado un pionero del rock en su país, falleció a los 80 años tras una larga lucha contra el cáncer. Su influencia en la música mexicana es incontestable, siendo mentor del célebre Carlos Santana, quien siempre lo admiró como un genio. Bátiz comenzó su carrera a temprana edad en Tijuana, donde absorbió el blues y el R&B de icónicas figuras como B.B. King. Su talento y pasión lo llevaron a la Ciudad de México en los años 60, donde su estilo dejó una marca imborrable en varias generaciones de músicos mexicanos que buscaban nuevas formas de expresión musical.
A lo largo de su carrera, Bátiz lanzó más de treinta discos, el último de ellos en 2016, reinterpretando clásicas rancheras y norteños. Su arraigo a sus raíces no se apartó del rock, género que abrazó desde joven y al cual contribuyó significativamente. Distintas agrupaciones como La Banda El Haragán y Compañía han expresado su profunda admiración y respeto por el maestro. Su legado, tanto en el ámbito musical como en sus enseñanzas a artistas emergentes, perdurará eternamente, asegurando su lugar como una figura clave en la historia del rock mexicano. La comunidad musical lamenta su partida, pero celebra la rica herencia cultural que dejó.
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