Guillermo Fernández Vara, político clave en la historia contemporánea de Extremadura, falleció este domingo a los 66 años a causa de un cáncer de estómago. Su influencia en la política regional fue significativa, dirigiendo la Junta de Extremadura durante 12 años en dos periodos distintos. Tras una breve inactividad política entre 2011 y 2015 debido a un acuerdo entre Izquierda Unida y el PP, retomó el liderazgo hasta las elecciones autonómicas de 2023, cuando un pacto entre PP y Vox concluyó su mandato. Recientemente, Fernández Vara era vicepresidente segundo del Senado. Reconocido por su estilo calmado y dialogante, su legado transcenderá por su capacidad de elevar la voz de un millón de extremeños a nivel nacional, y por un consejo final a su sucesora: “Como trates a la gente cuando estés subiendo, es como te tratarán cuando bajes de la cima”.
A lo largo de su carrera, Fernández Vara destacó por su compromiso tanto con la política como con la medicina. Graduado en Medicina, fue el número uno en su promoción del Centro de Estudios Judiciales antes de adentrarse en la política. Su influencia comenzó en los años 90 como consejero bajo el gobierno de Juan Carlos Rodríguez Ibarra, marcando un enfoque propio en la gestión pública. Impulsor del diálogo y la cooperación, incluso con sus discrepancias políticas internas, se reconcilió con figuras nacionales como Pedro Sánchez. A pesar de haber rechazado cargos ministeriales, siempre mostró un profundo interés por transformar su tierra. Enfrentó su enfermedad con dignidad, anunciando su diagnóstico en diciembre de 2023 y retirándose de la vida pública para concentrarse en su tratamiento, reflejando siempre una positiva actitud ante la adversidad.
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