Celeste Caeiro, la icónica camarera que sin saberlo dio nombre a la Revolución de los Claveles, ha fallecido a los 91 años en un hospital de Leiria, Portugal, debido a una insuficiencia respiratoria. Hasta el final de sus días, Caeiro vivió con una precaria pensión similar a las estrecheces que enfrentó durante su vida laboral como madre soltera. Nunca recibió un homenaje oficial en vida, aunque recientemente el Ayuntamiento de Lisboa había aprobado una intervención en su memoria, y una medalla de honor le fue concedida en la capital portuguesa. Su famoso gesto de distribuir claveles entre los soldados al frente de la sublevación contra la dictadura en 1974 se convirtió en un símbolo de paz que definió la transformación democrática del país.
Fue un acto lleno de azar y poesía, que reflejó la esencia de la revolución pacífica que logró derrocar al régimen sin apenas violencia. Caeiro, quien posteriormente se unió al Partido Comunista Portugués, se encontraba entonces trabajando en un restaurante cercano a la plaza del Marqués de Pombal, en Lisboa, cuando decidió repartir los claveles destinados a celebrar el aniversario del negocio con los soldados desplegados en las calles. Este gesto se convirtió en un emblema del cambio social que removió el pasado autoritario de Portugal. La vida de Caeiro, llena de adversidades, no fue obstáculo para mantener un espíritu resiliente y optimista, tal como lo recordaba su nieta en un reciente artículo. En su memoria queda su valiente acto y la notable lección de determinación personal que dejó a quienes la conocieron.
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