Celeste Caeiro, la figura detrás de la transformación del clavel en símbolo revolucionario en Portugal, falleció a los 91 años en la localidad de Leiria, según confirmó su nieta, Carolina Caeiro Fontela. Caeiro, quien padecía problemas respiratorios, es recordada por su nieta como un pilar de la Revolución de los Claveles de 1974, a pesar de no haber recibido un homenaje formal en vida. Durante las celebraciones del 50 aniversario de la revolución, Fontela destacó la contribución de su abuela, subrayando que Caeiro, quien trabajaba como camarera en Lisboa, fue la verdadera artífice del emblema, corrigiendo la errónea creencia de que una florista había desempeñado ese papel.
El icónico papel del clavel en la revolución surgió de un acto espontáneo cuando Celeste, llevando un ramo destinado a la decoración de su lugar de trabajo, fue abordada por un miembro del Movimiento de las Fuerzas Armadas. Al no fumar, no pudo suministrar el cigarro solicitado, pero en cambio ofreció un clavel, que el soldado colocó en el cañón de su rifle. Este gesto sencillo pero poderoso fue replicado por sus compañeros, convirtíendose en un símbolo de la Revolución de los Claveles, que puso fin a la dictadura en Portugal. Aunque Celeste Caeiro no llegó a ver el reconocimiento oficial de su gesto simbólico en vida, el Ayuntamiento de Lisboa aprobó honrar su legado con la concesión de una medalla y una intervención en su memoria, aún pendiente de realización.
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