El príncipe Karim al Hussaini Aga Khan IV, reconocido filántropo y líder espiritual de la comunidad musulmana ismaelita, falleció este martes en Lisboa a los 88 años. Su deceso fue confirmado por la Red de Desarrollo Aga Khan (AKDN), la cual resalta su legado como el 49º imán de los chiíes ismaelitas y su estatus como «descendiente directo del profeta Mahoma». Desde su nombramiento como imán en 1957, mientras estudiaba en Harvard, Aga Khan se dedicó a consolidar su papel como líder espiritual para los entre 12 y 15 millones de ismaelitas en el mundo. Conocido tanto por su lujoso estilo de vida como por sus contribuciones filantrópicas, dejó atrás un vasto legado que incluye instituciones dedicadas al desarrollo social, económico, salud, educación y cultura a nivel global. Su fortuna, estimada en varios miles de millones de dólares, apoyó estas iniciativas y cimentó su influencia mundial.
En el contexto de los ismaelitas, una minoría del islam chií, el título de Aga Khan es otorgado al imán, quien representa una figura espiritual sin el dominio territorial, pero con una significante influencia a través de la red AKDN. Portugal ha sido un centro neurálgico para la comunidad ismaelita en Europa con cifras de entre 8.000 y 10.000 miembros. En 2015, el príncipe Aga Khan eligió el palacio Henrique de Mendoça en Lisboa como sede global del Imamat ismaelí, marcando un hito en la relación entre la comunidad y el país europeo. Con su muerte, se espera el anuncio de su sucesor, quien continuará con el legado que Aga Khan ha dejado en su comunidad y más allá.
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