El primer presidente socialista de la democracia en Baleares jugó un papel crucial al liderar el gobierno de coalición del denominado Pacte de Progrés en dos periodos distintos, desde 1999 hasta 2003 y luego de 2007 a 2011. Estos mandatos estuvieron marcados por la colaboración entre diversas fuerzas políticas progresistas, que permitió la implementación de políticas públicas orientadas al desarrollo sostenible y la mejora de servicios sociales en el archipiélago. Durante su liderazgo, se llevaron a cabo importantes reformas en sectores clave como la educación y la sanidad, siempre con un enfoque en la inclusión y el bienestar social.
Este modelo de gobernanza por coalición demostró la capacidad del Pacte de Progrés para trabajar de manera cohesionada, a pesar de las diferencias ideológicas entre sus integrantes. El legado de estos años de gestión resalta la importancia de alianzas estratégicas en el ámbito político, las cuales permitieron la consecución de objetivos comunes en beneficio de los ciudadanos de Baleares. La experiencia adquirida a través de estos mandatos dejó una huella significativa en el panorama político de la región, posicionando al archipiélago como un ejemplo de la viabilidad y los beneficios del trabajo conjunto entre diferentes partidos en un contexto democrático.
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