Desde mayo, se encontraba hospitalizada en Estados Unidos luchando contra un agresivo cáncer de intestino que se había propagado a varios órganos. La situación médica era crítica, y los esfuerzos por controlar la enfermedad eran constantes. A lo largo de estos meses, el equipo médico buscó diversas alternativas de tratamiento para frenar el avance del cáncer, aunque la complejidad del caso presentaba limitaciones significativas.
Este tipo de cáncer, conocido por su agresividad y rápida diseminación, planteó numerosos desafíos para los especialistas. La paciente había estado recibiendo atención médica especializada y tratamiento oncológico intensivo, pero la extensión del cáncer complicó su progreso clínico. Este caso resalta la gravedad de la enfermedad y la necesidad de avances en la investigación médica para enfrentar mejor situaciones similares en el futuro.
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