El reciente brote de salmonelosis registrado en Galicia, originado en un festival de Oza-Cesuras, pone de manifiesto los riesgos asociados al consumo de alimentos mal manipulados. La salmonelosis, una infección gastrointestinal provocada por la bacteria Salmonella, suele propagarse a través del consumo de huevos contaminados, que pueden portar la bacteria desde la gallina. Aunque este tipo de brotes se asocian comúnmente al consumo de tortillas en España, el foco de atención es la falta de tratamientos térmicos adecuados durante la preparación de los alimentos. La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) ha recordado que es crucial seguir directrices de seguridad, como calentar los huevos a temperaturas específicas para eliminar cualquier riesgo.
La legislación vigente incluye el Real Decreto 1021/2022, que establece requisitos para la higiene en la producción y comercialización de alimentos, especialmente en lo relacionado con el uso de huevo. Este decreto especifica que, si los alimentos no son tratados adecuadamente, se deben sustituir por ovoproductos pasteurizados. Las condiciones de higiene durante la manipulación de los alimentos son también esenciales para evitar contaminaciones cruzadas. A pesar de que la salmonelosis rara vez es mortal, la situación exige un análisis detallado para identificar las fallas en la cadena alimentaria que llevaron a este brote y prevenir futuros incidentes.
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