Extremadura está impulsando una estrategia de transformación basada en la digitalización, competitividad y atracción de inversiones extranjeras, con un presupuesto de cuatro millones de euros. Este plan busca posicionar a la región como un destino competitivo para inversores, eliminando la dispersión de recursos y potenciando el retorno de inversiones. La Junta de Extremadura ha identificado sectores estratégicos como el agroalimentario, turístico, tecnológico y energético, y ha firmado acuerdos internacionales para desarrollar infraestructuras clave, como una planta de materiales para baterías eléctricas en Mérida. Con sus ventajas geográficas y recursos, la región se presenta como un destino ideal para la inversión, esperando generar empleo y fomentar el desarrollo económico y social.
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