El próximo inicio del año marca un hito en la política de movilidad sostenible de Madrid con la implantación total de la «Zona de Bajas Emisiones» (ZBE). Desde el miércoles 1 de enero, se activarán las restricciones al tránsito para vehículos con clasificación ambiental A, que hasta ahora se encontraban exentos de estas limitaciones en el ámbito municipal. Esta medida afectará a los conductores de dichos vehículos registrados en el municipio capitalino y en el Impuesto de Vehículos de Tracción Mecánica (IVTM). Asimismo, motocicletas y vehículos de mercancías A, sin importar su procedencia dentro del territorio español, estarán sujetos a las mismas restricciones.
En un esfuerzo por facilitar la adaptación a la nueva normativa, el Ayuntamiento ha introducido un periodo de gracia de doce meses, que culminará el 31 de diciembre de 2025. Durante este lapso, los infractores de esta normativa, quienes sean detectados por las cámaras de control, recibirán notificaciones informativas en sus domicilios, explicando las nuevas disposiciones establecidas en la Ordenanza de Movilidad Sostenible.
Dicha ordenanza, en su artículo 49.7, también preveía la prohibición de estacionamiento en las zonas de Servicio de Estacionamiento Regulado (SER) para vehículos con clasificación ambiental A desde el inicio de 2025. No obstante, la Junta de Gobierno ha decidido aplazar esta restricción hasta el 1 de enero de 2026 para que coincida con el año de aviso. Esta medida permitirá a los residentes aparcar en las zonas SER de su barrio sin enfrentar sanciones, aunque deberán abstenerse de hacerlo en otras áreas reguladas, dado que su tarjeta de residente no es válida fuera de su barrio, y no pueden obtener un ticket desde el 1 de enero de 2020.
Para garantizar que todos los usuarios comprendan estas nuevas regulaciones, el Ayuntamiento de Madrid comenzará a enviar mensajes de texto y correos electrónicos informativos a los usuarios del SER. Se recuerda a los titulares de tarjetas de residente que tienen hasta el viernes 31 de enero de 2025 para efectuar el pago de sus respectivas tarjetas.
Con estas medidas, el consistorio busca no solo reducir las emisiones contaminantes de la ciudad, sino también facilitar a los ciudadanos una transición ordenada hacia un modelo de movilidad más sostenible y respetuoso con el medio ambiente.