Joël Le Scouarnec, un pederasta confeso de 74 años, se encuentra en pleno juicio en Francia por violar a 300 menores a lo largo de su carrera como cirujano digestivo. Durante el proceso judicial en Vannes, se ha presentado ante la presidenta del tribunal, Aude Buresi, para confesar que en ocasiones llegó a cometer hasta cuatro agresiones en un solo día. En su intervención, manifestó su intención de pedir perdón a cada una de sus víctimas, reconociendo la crudeza y vileza de sus actos registrados meticulosamente en sus llamados «diarios negros». A pesar de llevar ocho años en prisión por delitos similares, Le Scouarnec admitió no sentirse rehabilitado, señalando que «ser pederasta durante 30 años deja una huella que no se borra de la noche a la mañana».
El juicio revela detalles escalofriantes sobre su doble vida, donde ejercía una fachada familiar y profesional mientras perpetraba abusos sistemáticos. Le Scouarnec ha reconocido un aumento progresivo de sus perversiones, incluidas prácticas zoofílicas, y describió los abusos como una «exploración», distorsionando los tocamientos médicos con connotaciones sexuales. Su detención en 2017 desencadenó la exposición de estos crímenes, tras haber continuado abusando de niños incluso después de una condena anterior en 2020 por violaciones contra cuatro niñas. A pesar de sus lágrimas en el tribunal, muchas de sus expresiones emocionales han sido recibidas con escepticismo por los presentes, al considerarse una reacción calculada ante el cúmulo de evidencias que lo incriminan. El juicio continuará con los testimonios de las víctimas, programados hasta abril, en un intento por esclarecer los horrores de casi tres décadas de abusos impunes.
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