La revolución tecnológica y la globalización han transformado radicalmente la forma en que las personas consumen medios y se comunican, favoreciendo la proliferación de anglicismos en el idioma español. Este fenómeno es especialmente evidente entre las generaciones millennials y Z, quienes integran estos términos en su vida diaria a través de plataformas digitales. Palabras como «remake», «influencer», y «match» están reemplazando sus equivalentes en español, ilustrando una fusión cultural facilitada por el internet. A pesar de esta influencia, expertos en lingüística como Inés Fernández-Ordóñez aseguran que la absorción de anglicismos es parte del cambio natural y continuo de la lengua, siempre que los nuevos términos se naturalicen y adapten a la ortografía española.
El uso creciente de anglicismos se observa tanto en el lenguaje hablado como en el escrito, alimentado por la interacción constante con contenidos en inglés a través de diversas plataformas. Aunque algunos lo consideran una amenaza para el español, otros destacan que este proceso ha ocurrido históricamente con otros idiomas, como el francés en el siglo XVIII. La preocupación actual se centra más en la simplificación del lenguaje a causa de la tecnología, que impacta en la complejidad de la comunicación escrita. Mientras tanto, iniciativas como las del British Council evidencian cómo el inglés continúa evolucionando junto a los cambios socioculturales, destacando su influencia perdurable en contextos diarios y en el desarrollo de nuevos conceptos lingüísticos a nivel global.
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