Las transacciones comerciales con el extranjero han experimentado un descenso significativo debido a la caída en la venta de productos químicos, energéticos y semifacturas. Este fenómeno se atribuye principalmente a la menor demanda proveniente de la Unión Europea, lo que ha afectado de manera notable los volúmenes de exportación y la balanza comercial. Las empresas del sector han reportado una contracción en sus mercados tradicionales, lo que ha generado preocupación sobre el impacto económico a medio y largo plazo.
Las cifras recientes indican que la demanda europea, habitual compradora de estos productos, ha disminuido por diversas razones, incluida una ralentización económica en la región y una preferencia creciente por productos más sostenibles y energías renovables. Este cambio en la dinámica comercial ha obligado a las empresas exportadoras a replantear sus estrategias y buscar nuevos mercados, además de adaptar sus productos a las nuevas exigencias del mercado internacional, que cada vez valora más la sostenibilidad y la eficiencia energética.
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