Las recientes elecciones locales en Chile han puesto en tela de juicio la tradicional interpretación de los resultados en términos del eje político derecha-izquierda. Este enfoque, que ha sido históricamente predominante, parece perder relevancia, especialmente en contiendas de mediana y pequeña escala donde priman las cuestiones locales y los atributos personales de los candidatos. La proyección nacional de resultados locales, ajustándose a esta clásica polaridad política, es cuestionada por su falta de precisión y por ignorar las complejidades propias de cada región. Este fenómeno se evidenció en la segunda vuelta de las elecciones para gobernador en la región de Valparaíso, donde el candidato independiente de izquierda, Eduardo Mundaca, superó ampliamente a su contrincante de derecha, María José Hoffmann, desafiando la lógica de las sumatorias simplistas que predicen resultados en función de afiliaciones partidarias.
El analista Pepe Auth ha generado controversia con sus declaraciones sobre las favorables perspectivas de la derecha para las elecciones presidenciales y parlamentarias del próximo año, atribuyéndole una ventaja basada en una simplificación numérica de resultados locales. Sin embargo, este enfoque omite la consideración de factores más allá del espectro político, como la percepción de competencia y honestidad de los candidatos, conocidos como «valence issues». Estos elementos parecen tener un peso creciente en el comportamiento electoral chileno, indicando una posible desconexión entre la narrativa mediática y las dinámicas reales que motivan a los votantes. El voto obligatorio en Chile añade otra capa de complejidad al análisis, sugiriendo que las decisiones de los votantes no se alinean siempre con las expectativas partidarias tradicionales, lo que deja abiertas especulaciones significativos sobre el desenlace de las próximas elecciones nacionales.
Leer noticia completa en El Pais.
