Con la llegada del periodo estival, aumenta el tiempo que los consumidores pasan frente a las pantallas, lo que a su vez incrementa la oferta de contenidos. El público actual, cada vez más exigente, se enfrenta a un sinfín de posibilidades proporcionadas por las tecnologías inmersivas. Gigantes tecnológicos como Apple, con sus Vision Pro, y Meta, con las Quest 3, se han posicionado en la vanguardia de esta revolución de mundos alternativos aún por explorar. Según un estudio de Ericsson Research, se espera que los consumidores usen sus sentidos de manera digitalizada para el año 2030.
El concepto de Internet de los Sentidos se sitúa en la mente del 81% de los consumidores, quienes ven con buenos ojos esta nueva perspectiva. Para el 40%, el entretenimiento inmersivo será el principal impulsor de dicha transformación. En este escenario, sus aplicaciones en el ámbito publicitario resultan cruciales, especialmente cuando el 33% de los encuestados cree que mejorará el proceso de compra online. La empresa adtech líder, EXTE, está explorando los formatos inmersivos propios de la realidad extendida, ofreciendo a las marcas una ventaja competitiva en un mercado digital saturado de contenido.
La diferenciación es esencial en este contexto, y los contenidos en 3D emergen como una herramienta eficaz para captar la atención del usuario gracias a su atractivo visual y capacidad de fomentar una experiencia más profunda e interactiva. Estos anuncios tridimensionales no solo incrementan la visibilidad de la marca, sino que también crean conexiones emocionales duraderas con los clientes.
Estos formatos visuales pueden presentarse de diversas maneras. Desde un cubo tridimensional con efecto de rotación horizontal que el usuario puede manipular (Cube), hasta vídeos con efecto tridimensional que ofrecen una sensación de volumen y profundidad (Motion), o incluso objetos modelados en 3D con los que el usuario puede interactuar completamente, explorando desde distintos ángulos (Real).
A diferencia de la realidad virtual, que sumerge al usuario en entornos digitales completos, la realidad aumentada superpone elementos digitales en el mundo real a través de múltiples dispositivos. Esta tecnología va más allá de la mera visualización de objetos, proporcionando una experiencia interactiva completa donde el usuario puede tomar decisiones que alteran el flujo de la experiencia.
Ejemplos de esto incluyen la interacción con objetos modelados en 3D proyectados en entornos reales (Object), y experiencias inmersivas (Experience), que permiten recorridos virtuales en los que los usuarios exploran distintos espacios mientras interactúan con objetos. «Esta mezcla logra una conexión auténtica y duradera entre marcas y consumidores, respetando siempre la privacidad del usuario mediante un entorno libre de cookies, lo que nos coloca a la vanguardia en la segmentación y entrega de contenidos innovadores», explica Javier Martinez, Head of Creative de EXTE.
Los videojuegos, el entretenimiento predilecto de los más jóvenes, también muestran una tendencia al alza. La industria del videojuego en España generó 2.339 millones de euros en 2023, según la Asociación Española de Videojuegos (AEVI), un 16% más que en 2022 y un 30% más que en 2021. Su aplicación en la publicidad se basa en técnicas y diseños de juegos en contextos distintos, facilitando que las marcas creen pequeños juegos interactivos que involucren a los usuarios a través de la gamificación.
Existen varios tipos de juegos publicitarios, como arrastrar y soltar elementos gráficos (Drag & Drop), emparejar elementos (Memory), resolver puzzles interactivos (Puzzle), o responder a preguntas (Quizz). El objetivo es simple: mantener al usuario interactuando constantemente con la marca, por su propia elección.