Desde la crisis de 2008, el ámbito de la arquitectura ha experimentado una reinvención constante, buscando valor en lo pequeño y funcional. Este enfoque fue adoptado por los arquitectos Pau Sarquella y Diana Usón, quienes, en lugar de rendirse ante el estancamiento del sector de la construcción, optaron por reinventar la persiana tradicional. Inspirados por las características prácticas y económicas de las persianas alicantinas de lamas de madera, los arquitectos rediseñaron este elemento clásico en la Persiana Barcelona. Su innovador diseño no solo impide la acumulación de agua y mejora la impermeabilidad gracias a la disposición solapada de las lamas, sino que también hace uso de componentes de alta tecnología como la cuerda náutica y revestimientos de pintura de doble capa para asegurar resistencia y durabilidad. Los arquitectos crearon una paleta de colores basados en edificios modernistas, amplificando su versatilidad y atractivo.
La Persiana Barcelona se ha convertido en un icono de sencillez y sostenibilidad en el mercado de la arquitectura, encontrando un lugar importante tanto en proyectos de viviendas sociales como en audaces aplicaciones arquitectónicas alrededor del mundo. Su éxito se evidencia en premios como el Delta de Plata y el Arquia/Próxima, que enaltecen la innovación y consciencia ambiental de sus creadores. Costando tan solo 66 euros por metro cuadrado, ha sido adoptada en diversos proyectos arquitectónicos, como en las viviendas de Cornellà por Peris+Toral y en los espacios de la cooperativa Lacol en La Borda. El impacto de este diseño es visible no solo en España, sino también en su expansión internacional, donde se sigue manteniendo fiel a sus raíces artesanales y personalizadas. Este innovador esfuerzo demuestra cómo la reinterpretación de elementos tradicionales puede dar lugar a soluciones contemporáneas con un fuerte impacto, renovando el paisaje urbano y mejorando la calidad de vida.
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