En 2024, el uso del Internet en la Unión Europea (UE) sigue marcando una tendencia ascendente, con un 93% de las personas entre 16 y 74 años habiendo utilizado la red en los últimos tres meses. Este incremento desde el 86% que se registró en 2019 refleja un aumento de 7 puntos porcentuales, consolidando el internet como un elemento central en la vida cotidiana de los ciudadanos europeos.
La principal actividad en línea continúa siendo la comunicación. Un significativo 85% de los usuarios utiliza el Internet para realizar llamadas, videollamadas o enviar mensajes instantáneos, mientras que el 80% lo usa para el envío de correos electrónicos. Este auge en plataformas de comunicación digital ha sido destacado por un notable crecimiento en llamadas y mensajería instantánea, con incrementos de 14 y 7 puntos porcentuales desde hace cinco años, respectivamente.
Más allá de la comunicación, otras actividades comunes incluyen la búsqueda de información sobre bienes y servicios (75%), el consumo de televisión o videos en línea (73%) y la realización de operaciones bancarias electrónicas (67%). Estos datos sugieren que los europeos han integrado Internet no solo para mantener el contacto con conocidos, sino también para gestionar múltiples aspectos de su vida diaria de manera eficiente y efectiva.
Sin embargo, pese al creciente uso de la red para estas funciones, las actividades digitales relacionadas con el ámbito cívico y político presentan niveles de participación significativamente menores. Solo un 10% de los usuarios se involucra en consultas en línea o participa en votaciones sobre temas cívicos y políticos. De igual manera, el aprendizaje en contextos formales (12%), la expresión de opiniones sobre asuntos cívicos en redes sociales (16%), y actividades de autoaprendizaje o cursos online (17%) se mantienen bajos.
Estos hallazgos, publicados por Eurostat, ponen de manifiesto la transformación del ecosistema digital en la UE, donde el Internet ha devenido en una herramienta omnipresente. A pesar de ello, la participación en actividades educativas formales y procesos políticos digitalizados no ha experimentado el mismo vigoroso crecimiento que se observa en el ámbito del entretenimiento y la comunicación. Esto parece sugerir una prioridad centrada en la inmediatez y la conectividad entre los usuarios, reflejando un cambio de comportamiento hacia la optimización del tiempo y las interacciones sociales a través de la tecnología.