La nueva exhibición comisariada por Raquel Algaba, titulada «Las iguanas van a morder a los hombres que no sueñan», destaca en el panorama artístico madrileño por su profundo enfoque en la resistencia cultural frente al orden actual. Esta muestra en la Sala de Arte Joven de la Comunidad de Madrid, parte de la iniciativa «Se busca comisario», sobresale por su compromiso con la creación emergente y el talento de jóvenes artistas y curadores.
Raquel Algaba ha seleccionado una serie de obras que exploran cómo el mito y el folclore pueden servir como formas de resistencia. En este recorrido artístico, Mónica Mays presenta «Without Ornamental Value», una imponente escultura de hojas de palma que evoca un icono primitivo, proponiendo su uso como un motor alternativo de la industria. Mays destaca la sostenibilidad del material, invitando a una reflexión sobre el valor ornamental y utilitario de lo natural.
Por otra parte, Weixin Quek Chong nos transporta a la era de la dinastía Han con su instalación «Immortality Masks», resucitando deidades y figuras de culto para reinsertarlas en el contexto contemporáneo. Esto no solo revitaliza la memoria cultural, sino que también ofrece un medio para reinterpretar el papel de estas figuras en nuestra sociedad.
Sandra Val, en su obra «Agón», se inspira en el antiguo juego egipcio de «Perros y chacales» para ahondar en las construcciones arquitectónicas. Val explora cómo estas estructuras no solo delimitan espacios, sino que también modelan nuestra comprensión del entorno, sugiriendo que la arquitectura puede ser un juego entre lo tangible y lo conceptual.
En un giro hacia lo textil, Emmanuela Soria Ruiz presenta «Fuego» y «Fuga», piezas que examinan el mito de las hijas de Minias desde una perspectiva posthumanista, sugiriendo nuevas narrativas para las antiguas metamorfosis ovidianas. La propuesta de Soria Ruiz abre un diálogo entre lo mitológico y lo contemporáneo, buscando un equilibrio entre ambos.
Paloma de la Cruz, con «Mis escombros», desafía al espectador al enfrentar la corporalidad y el despertar de la naturaleza, planteando preguntas sobre la interacción entre cuerpo y entorno natural. Su obra se convierte en un punto de reflexión sobre nuestra relación con el mundo físico.
Este compromiso cultural se fortalece con un programa lleno de actividades complementarias, incluyendo encuentros con los artistas y la comisaria, talleres familiares y charlas. La iniciativa «Se busca comisario», que desde 2009 ha apoyado a más de 50 comisarios y 140 artistas, sigue siendo un pilar esencial en la estrategia de la Comunidad de Madrid para promover el arte emergente.
La exposición y su convocatoria reflejan un esfuerzo continuo por proporcionar oportunidades profesionales a jóvenes creadores, respaldada por la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte a través de su programa de ayudas y becas. Iniciativas como Fotolibro<40 y los Circuitos de Artes Plásticas demuestran el compromiso con el sostenimiento y promoción de nuevas generaciones en el ámbito artístico visual.Más detalles sobre este evento y las actividades disponibles pueden encontrarse en el sitio oficial de la Comunidad de Madrid.