Enclavado en el corazón de Escocia, Culross es un refugio idílico que combina a la perfección historia, naturaleza y cultura. Esta pequeña villa medieval, que data de los siglos XVII y XVIII, se ha ganado renombre mundial al servir como escenario para la famosa serie de televisión Outlander. Sus estrechas calles empedradas y su cuidada arquitectura transportan a los visitantes a una época pasada, convirtiéndola en un destino imprescindible para los amantes de la historia y los entusiastas de la naturaleza. Pasear por sus rincones revela un centro histórico bien conservado, adornado con las ruinas de una antigua abadía y casas que parecen sacadas de un libro de cuentos.
El corazón del pueblo palpita en su pequeña plaza con vistas al mar, donde se levantan monumentos de gran importancia como el Palacio de Culross y la Town House. El primero, una gran villa del siglo XVII, destaca con su vibrante color azafrán y jardines de época cuidadosamente reconstruidos. A pesar de su nombre, el Palacio no es más que una elegante residencia que ha mantenido intacta gran parte de su decoración original. Por otro lado, la Town House, con su icónica torre del reloj, aporta un aire solemne y simbólico al entorno. Un paseo por las calles adoquinadas lleva finalmente al Mercat Cross, antigua sede del mercado, que evoca el distintivo pasado de Culross como Villa Real. Con una atmósfera que invita a la calma, el visitante puede continuar su experiencia explorando la costa cercana, donde el aire fresco y el murmullo del mar prometen un final perfecto para esta escapada inolvidable.
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