En España, el panetón está ganando popularidad, y cada vez más panaderos y pasteleros se aventuran a producir su versión artesanal. Sin embargo, aunque se podría suponer que esto afecta el consumo del tradicional roscón de Reyes, esta suposición está lejos de la realidad. Felipe Román, presidente de la Asociación Española de la Industria de Panadería, Bollería y Pastelería (Asemac), aclara que el aumento en la demanda de panetones no perjudica el consumo de roscones, ya que no compiten directamente entre sí. En lugar de eso, el roscón de Reyes está experimentando un fenómeno de desestacionalización, siendo consumido desde noviembre y prolongándose su demanda hasta finales de enero.
A pocas jornadas de que la tradición navideña lleve a los hogares españoles a disfrutar del roscón de Reyes, Asemac destaca que los rellenos de nata, crema y trufa se mantienen como los favoritos de los consumidores, con el sabor a mazapán emergiendo como una opción interesante este año. Se prevé que durante estas festividades se consuman más de 30 millones de unidades de roscones, lo que supone un incremento de entre uno y 1,4 millones de unidades respecto al año anterior. Las preferencias de tamaño se inclinan hacia los roscones medianos, entre 400 y 500 gramos, y los grandes, de 750 a 1.000 gramos, consolidando su lugar como un elemento clave en las celebraciones navideñas del país.
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