Los moduladores selectivos de los receptores de andrógenos, conocidos como SARMs, se han popularizado rápidamente como la última tendencia en el mundo del fitness, debido a su capacidad para aumentar la masa muscular y reducir la grasa corporal de manera eficiente. Estos compuestos, que prometen resultados visibles en tiempo récord, han captado la atención de un amplio público gracias a su amplio mercado en línea y a los asequibles precios que presentan en comparación con otros productos de rendimiento físico. La visibilidad otorgada por influencers en redes sociales también ha jugado un papel crucial en este auge, al promocionar las supuestas ventajas de los SARMs en sus perfiles, a menudo sin destacar los posibles riesgos para la salud.
Sin embargo, esta creciente popularidad de los SARMs no está exenta de controversia. Expertos en salud advierten sobre los potenciales efectos adversos que su consumo podría acarrear, tales como desequilibrios hormonales y daños a largo plazo en órganos vitales, ya que muchos productos disponibles en el mercado carecen de una regulación adecuada. La venta y distribución de SARMs a través de internet han complicado la tarea de control por parte de las autoridades sanitarias, generando preocupación sobre la seguridad y pureza de estos compuestos. Pese a estas advertencias, su demanda sigue en aumento, impulsada por el deseo de conseguir resultados rápidos y el constante respaldo en plataformas digitales.
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