Conan O’Brien, conocido por su estilo surrealista y jovial, se enfrenta al desafío de presentar los Oscar, un evento que tradicionalmente ha estado reservado para algunos de los rostros más experimentados de la televisión nocturna. A sus 61 años, O’Brien llega a la ceremonia con una vasta experiencia en el mundo del entretenimiento, aunque sus días de mayor fama ya parecen haber quedado atrás. Tras haber cerrado su programa diario hace cuatro años, el presentador se ha aventurado en nuevos proyectos que le sacan de su zona de confort, como el programa de viajes en Max y un podcast exitoso. A pesar de que la responsabilidad de conducir los Oscar no es tarea fácil y que el encargo viene con la sombra de otros presentadores que no tuvieron éxito, O’Brien parece estar motivado por los desafíos que le provocan cierto temor, recordando su peor momento profesional en 2009 cuando NBC le quitó el Tonight Show.
A lo largo de su extensa carrera, O’Brien ha dejado una huella significativa en la comedia estadounidense. Formado en instituciones legendarias como Saturday Night Live y Los Simpson, donde escribió el memorable episodio de Marge contra el Monorraíl, ha demostrado ser una figura clave en el panorama televisivo. Además, sus recientes apariciones en programas de entrevistas innovadores, como The Hot Ones, han refrescado su imagen y lo han conectado con una audiencia más joven en internet, reafirmando su capacidad de adaptación en la industria del entretenimiento. Intrépido y carismático, O’Brien se perfila como una elección insólita pero potencialmente acertada para presentar la gala, con la expectativa de que su sentido del humor y experiencia le ayuden a enfrentar este nuevo reto en su carrera.
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