La salida de Luis Carlos Reyes del Ministerio de Comercio ha desatado un vendaval en el gobierno de Gustavo Petro, sacando a la luz enfrentamientos con figuras clave como Roy Barreras y Armando Benedetti. Reyes, quien lideró la DIAN entre 2022 y 2024, se ha visto envuelto en una polémica por presuntos pedidos de cargos por parte de Barreras y Benedetti, generando una tormenta de críticas y acusaciones cruzadas. La publicación de capturas de pantalla de conversaciones privadas ha avivado las tensiones, exponiendo un supuesto sistema de clientelismo en el corazón del Ejecutivo. Reyes acusó a Benedetti de presionar por nombramientos en aduanas clave, alegando que su gestión como director de impuestos fue empañada por estos intentos de influir en cargos para favorecer a personajes relacionados con el contrabando.
El escándalo se intensifica con la sombra de “Papá Pitufo”, un presunto contrabandista vinculado al financiamiento ilícito de la campaña de Petro en 2022, asunto que se suma al complicado escenario al que se enfrentaba Reyes en el Ministerio. A pesar de su popularidad por su estilo directo y comunicativo en redes sociales, su conflicto con el exministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, por las bajas cifras de recaudación fiscal agregó más leña al fuego. Ahora, con su renuncia aceptada, Reyes está destinado a comparecer ante la Corte Suprema para desvelar la lista de funcionarios que presuntamente buscaron influir en estos nombramientos. Mientras tanto, en el gobierno persiste la controversia sobre el poder y las acciones de Benedetti, quien a pesar de sus problemas judiciales, sigue manejando temas centrales en la administración de Petro. La situación resalta la tensión entre las promesas de cambio del presidente y las tradiciones políticas que aún parecen prevalecer.
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